Mitigar u ocultar los efectos del alcohol
Una ducha fría o un café bien cargado te despejan.
Esta afirmación es totalmente falsa, ya que, ni una ducha ni un café, tienen la
capacidad de disminuir la cantidad de alcohol en el organismo. Se podrá estar más
despierto o despejado, pero se sigue estando ebrio.
Manteniendo en la boca un chicle, dos granos de café o soplando de determinada
manera, se engaña el alcoholímetro.
El alcoholímetro mide igualmente el alcohol, aunque haya otras sustancias. Además,
si la policía entiende que se está intentando realizar incorrectamente la prueba,
puede considerar que se está cometiendo una falta muy grave (negarse a hacer la
prueba). No hay manera de engañar al alcoholímetro.
La tónica, los antiácidos y otras sustancias que protegen el estómago afectan
al alcohol.
Aunque puedan reducir el malestar provocado por la mezcla de sabores o por el vómito,
no afectan al nivel de alcoholemia ni hacen recuperar antes la sobriedad.